Caminante

Melville Quixote. Caminante navegante.

Un camino largo y ondulante los acerca, el desvelo de los elementos, la soledad de la noche, la ilusión del esquivo destino.

Y si trazamos nuevos caminos? Podremos ir sintiendo pulgada a pulgada la transformación de las formas, la evidencia del horizonte, el movimiento de la realidad.

A lo largo del camino, el caminante ingiere los trazos de otros, se abre paso entre la maraña de texturas. No importa si el trazado es natural, siempre será construido, por la propia visión del caminante.

Caminos de paso, de carga, rayados, linderos, caminos nacionales.

Los caminos Quimbaya, los caminos Arhuacos, los caminos de la guerra, los caminos de la paz?.

Hay momentos para detenerse en el camino, entre piedras, alticos, riscos, acantilados, frutales, bancas, cercas, portones, puentes, huacas, umbrales, pucaras, una vista en un mirador, un punto de avistamiento, de aquellos que miran hacia los cielos, vigías de la noche.

La caminata del caminante tiene paradas, apachetas, grutas, claros de bosque.

Habrá un camino para atravesar el Chaco?.

Habrá una señal en el centro mismo del continente? O tal vez será un punto en un cultivo de soya.

Y si nos adentramos en un camino no antes recorrido, nos trazaremos un mapa distinto, nuestra ruta de cercanías.

Al recorrer un camino, se integra o se separa?.

En el instante mismo que me detengo en un punto del camino, soy punto o soy línea?.

Quién habrá recorrido la Línea Negra? Tiene su línea negra, una banca, un entierro, una roca, una cerca?.

Con las expediciones alemanas en la Sierra Nevada de Santa Marta a inicios del S.XIX, rayando monte encontraron caminos trazados en piedra, escalones y escalones y un enorme jardín.

Muchos caminos deben llegar a ese jardín.

Los caballos que pastan por el New Forest toman árboles ancestros para descansar y rascar. Un claro puede estar compuesto por un árbol de Newton al centro, robles y abetos como altura, acuíferos y humedales poblando de zumbidos la tarde.

El camino de los humedales de Tulancingo, rocas volcánicas que drenan el agua. Los limpiadores de los lodos que rodean las rocas, son buenos nadadores que con escobillones de caña flecha rozan la superficie de piedra, con la atención de conservar intacta la cobertura de la roca y permiten que los poros den paso al agua fresca que viene del centro de la Tierra. Les rendirán algún homenaje?  habrán algunos que ya usan plástico sofisticado cero huella?. Cualquier método vale para dejar fluir los humedales prehistóricos.

El camino de trocha que atraviesa el cementerio de Marquetalia, la entrada a las veredas, los perros, hartos, ojalá muchos.

Si no hay perro, está encerrado, ese muerde.

El camino a la finquita, esa con entrada de correas de cemento pintadas, blancas y empinadas, el Maguey rayado a la entrada, el nogal en la salida por la cocina junto al guayabo y al mango biche.

El camino de piedra en el Cerro Quimey, El Espejino.

A veces el camino es río.

El lanchero tu guía. Puerto Nariño.

Los cayos y los caimanes.

En el Río la Vieja desde un planchón. La Contamana.

Una serpiente se descuelga del camino y se cruza bajo tus piernas. Asustada. Es enorme. Te teme también. Cada una disminuye el ritmo, tiempo para la media vuelta.

La caja de agua en el bosque húmedo, Río Blanco. Cajones de conducción de agua atravesando el cerro, con decoro, con buen anclaje, las mulas disfrutan el vértigo, enraizadas en la fuerza que las separa del precipicio.

El explorador se funde con el camino, su observación se agudiza.

El reporte científico se hace momento poético, el trance del inmenso silencio en la noche oscura, en la Mar rabiosa, un momento de alucinación y despertar donde se integra a la ficción, su realidad.

Los Trabajadores del subsuelo, el camino del espíritu.

Los caminos vedados, con niebla y barrancos.

Los caminos de la Cruz del Sur, el camino de Venus, de Arauco y Quetzalcóalt, el Wuñefle.

Puerto Cisnes, Puerto Venus, Puerto Asís, Puerto Nariño. Puerto Edén.

Organum geopoeticum.

De Schelling a Hölderlin, el camino torcido.

El camino a Laguna Blanca. El camino interno de Laguna Blanca. El camino, que no existe en Vejoz.

El camino del migrante que cruzan fronteras y se lanzan a las carreteras oscuras, peladas, como caballos sin nombre en su desierto interior.

La trocha campesina, la banca de madera improvisada para un descanso bajo el Samán.

Para el pescador, el reciclador, el profesor. De Batuco a la caleta hay un camino de sobras, residuos, tesoros de abundancia y podredumbre.

El camino de cenizas volcánicas. En 20 años, La Palma será una colina de lava, una que no viene del núcleo, viene del manto. Los palmenses custodios del fuego y sus cenizas son desterrados a la urbe sedienta. La lava será sílice en 20 años, tal vez sea un enorme diamante negro, La Palma.

Sin duda en La Palma, la visión de futuro y el habitar con los elementos será muy distinta, como ya sucede en Alaska, donde Shishmanef fue relocalizada cerca a zonas más continentales; donde los Inupiat estén ahora deben extrañar el mar, su vida rodeada por hielo puro, custodios del permafrost.

Ni que decir de las poblaciones amazónicas dispersadas como pájaros, escapando a los motores enfurecidos del carbón que les cierran caminos.

Más allá de la Línea Negra, dicen los arhuacos, hay malicia y misterio, suficientes para zafar un hilo en la red que los contiene.

Otros dicen que en el caso de la Sierra, el gas, la ganadería, y otras atribuciones privatizadoras del territorio han cercenado la Línea Negra, disputando el alcance de la ley de origen.

Cómo se suman esas visiones del espacio público simbólico, metabólico, político?.

La historia natural es la historia del espacio público.

Nuestra expresión de reunión se evidencia por enormes centros milenarios de encuentro.

La escuela rural, las casitas postas centros de salud colgadas en la mitad de precipicios o cerros pelados, el desierto, los bosques nativos, el páramo.

Hay fuerzas que se llevan la atención en el espacio público, los juramentos y compromisos no vinculantes que pueblos y políticos han hecho desde el inicio de nuestros días.

La huella del juramento..o cómo dice el Puma, dueño de qué? dueño de nada. Custodio de qué?.

La caminante se encoge frente a la huella de estas fuerzas, no son rastros a seguir, son rastros a borrar.

El camino ondulante de la canción primigenia, líneas de tren, cercas y carreteras que las atraviesan sin chistar. La ley de origen es la perra abandonada a la orilla del camino, la migrante con seis crías que resiste la puna, la tropa indígena que detiene la retroescavadora.

Custodios de qué? Custodios de Todo.

Ríos aéreos
Textil
Telas encontradas en seda, lino, hilos de algodón
60 x 85cm

Rupturas, filtraciones, abismos

una pareja intenta cruzar un río con su hijo en brazos, llevan dos meses atravesando varios países. un incendio destruye un jardín botánico y cientos

»

Caminante

Melville Quixote. Caminante navegante. Un camino largo y ondulante los acerca, el desvelo de los elementos, la soledad de la noche, la ilusión del esquivo

»

Manifiesto

“Soy la poeta de los objetos perdidos soy un objeto sonoro construyo un género sin nombre a ciegas con todos mis esfuerzos mis delirios mis

»

Copyright © 2023